¿De que manera la trata de personas no solo afecta a la víctima envuelta?
Mis padres dicen que antes la sociedad era segura, que todos los vecinos se conocían y
ayudaban. Los niños salían a jugar con sus amigos hasta tarde sin correr ningún
tipo de peligro. Ahora los tiempos han cambiado, el crecimiento de la
población, las ciudades y la tecnología incrementan
el temor, la inseguridad y los riesgos al que la nueva generación está
expuesta.
Uno de los problemas que más escandaliza a las
sociedades, hoy en día es el de la trata de personas, fenómeno que no sólo se
palpa cuando escuchamos en las noticias que cientos de personas atraídos por
una mejor vida intentan emigrar a otro país para conseguir empleo, también se
manifiesta cuando hay individuos que manejan a otros seres humanos como mercancías,
engañándoles, abusando de ellas en todo sentido, comprando y vendiendo sus
sueños, así como su dignidad y a veces provocándoles hasta la muerte.
La trata de esclavos negros e indígenas
sometidos por sus conquistadores es evidencia que el abuso de los grupos más
vulnerables no es una situación actual. “El estado de indefensión y absoluta
sumisión en la que vivían los africanos en las tierras ajenas, es igual al que
viven nuestros connacionales que son víctimas a la trata de personas en el
exterior”
Según investigaciones en el campo económico,
para el año 2008 más de 7 mil millones de dólares debido la trata de personas circuló ese año. Un millón de
personas fueron negociadas y retenidas contra su voluntad en todo el mundo, de las cuales aproximadamente
el 50% son mujeres de nacionalidad colombiana llevadas específicamente para
la prostitución.
Existen diversos métodos de reclutamiento de
las víctimas para estas redes locales y mundiales de tratantes, estos enganchan
a las personas a través de anuncios fraudulentos de prensa, agencias de
modelos, de empleos y de viajes. Los reclutadores acuden a la violencia, drogas
y para asegurar sus ingresos a largo
plazo crean dependencia a través de deudas impagables. Se enfocan sobre en
mujeres menores y de mediana edad.
Las condiciones de vida y trabajo de las
personas explotadas generan complicaciones no solamente en su salud física,
sino también en su salud mental. La
separación de sus familias es uno de los factores que crean problemas
emocionales y psicológicos.
Los gobiernos latinoamericanos deben entender
el leguaje y advertencias de que el problema de trata de personas está latente
y es un negocio apetecido por personas sin escrúpulos. Es necesario incluir
planes y campañas de prevención, concientización, sensibilización
y de ayuda mutua para prevenir que las personas se engañen con falsas
ilusiones.
Un desarrollo económico sustentable y la
creación de fuentes de empleo perdurables, permitirán que esta forma de
explotación disminuya. Para acabar con los tratantes hay que capturarlos y
sancionarlos enérgicamente.
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